"Andrea Alonso apareció cuando me paré a sentir mi valor, conecté con mi pasión y me atreví a coger las riendas de mi vida."
De repente, un día, unos pocos meses antes del COVID, me encontré en una nueva ciudad, Vigo, sin trabajo, con un CV un tanto particular, «una rara avis, me llegaron a decir», y ejerciendo principalmente de esposa y madre de un pequeñín.
En cuanto me instalé, empecé a buscar trabajo convencida de que con la experiencia internacional que tenía en automoción, mis buenas referencias y mi nivel de inglés me iba a costar muy poco que alguna empresa se interesara por mí.
De un día para otro, la pandemia frenó los procesos de selección en los que estaba, y ya puestos a complicar mi acceso al mundo laboral, me quedé embarazada del segundo. Todo indicaba que iba a tener que esperar algún tiempo para retomar mi vida profesional.
Hoy pienso en ese parón como lo mejor que me pudo pasar para sentarme a pensar sobre qué quería ser de mayor. Sabía que lo que se me da bien de verdad son las personas, escucharlas, entenderlas y ayudarlas… da igual su origen, su religión, su idioma o su color.
Así que decidí completar mis conocimientos y experiencia previa en el campo de los Recursos Humanos, certificándome como Profesional Senior de RRHH a nivel internacional (SPHRi). Eso sí, todavía pensando en mejorar mi Curriculum para que alguna empresa se fijase en él.
Convencida de que aún podía desarrollar más mis habilidades para aportar más valor a las organizaciones, y seguir mejorando mi perfil curricular, me certifiqué en Coaching con PNL por la International Coaching Community. Y fue en ese gran viaje, donde ordené mis ideas, mis emociones y… mi porvenir. Fue ahí cuando surgió Andrea Alonso. Fue al visualizar mi proyecto cuando algo hizo clic en mi interior. Alineé mis deseos, mis valores, mi pasión y encontré lo que los japoneses denominan mi IKIGAI.
Tenía la experiencia de mis más de 12 en la industria, tenía los conocimientos necesarios, el proceso de coaching y mis habilidades innatas de escucha y de orientación a servir a los demás. Sólo necesitaba ponerme en acción.
Dejé de mirar hacia fuera en busca de oportunidades y soluciones, para mirar hacia dentro y encontrarme. Con palabras de un grande, hice un Carl Jung:
"Quien mira hacia fuera sueña. Quien mira hacia dentro, despierta."
Ese despertar supuso dar el gran salto de fe que es convertirse en autónomo en este país nuestro, lo reconozco. Pero el camino merece la pena. Mi propósito es mi faro: ayudar a líderes y a equipos a trabajar mejor cada día, a ser mejores en lo suyo y a funcionar mejor juntos. ¡Todo un reto! Y como gran reto que es le pongo una enorme cantidad de cariño, compromiso y responsabilidad.
Hoy en día, sigo formándome para servirte cada vez mejor, certificándome en coaching de equipos, en metodología agile como Scrum Master, en Lego Serious Play, en Mindfulness y en todo aquello que pueda ayudarme a aportarte más valor.